lunes, julio 30, 2007

Otro tipo de tristeza

Tras la muerte de mi sobrino de 4 años hace 12 días, comienzan a cambiar las emociones. Ya hemos pasado de la negación al enojo y del llanto a la sequía. Sin embargo hoy comentaba con Ken que ya no lloro. Hoy siento una tristeza mayor. No es ese dolor en el corazón, cuando sientes que se contrae y anuda y deja de latir por unos segundos y se relaja y recupera su ritmo, es como una cobija pesada, que aunque no asfixia, se siente como un lastre. ES un velo que a diario nos acompaña. No hacen falta palabras, de repente en nuestro sueño, nos tomamos de la mano o simplemente nos acurrucamos para sentirnos cerca y para darnos mutuo apoyo en estos momentos.
Estamos trabajando, continuamos con nuestra vida, aunque la rutina ya cambió. Hemos estado en casa de mi cuñada 10 de los últimos 12 días. Por un lado soy el oído que escucha y no opina, y en otros momentos soy el juguete del "hermano mayor", que necesita jugar con alguien ahora que su hermano ya no está. Es lidiar con muchas emociones y es mucho desgaste.
Si me preguntan, yo diré que estoy bien, que ya estoy bien, sin embargo, toma tiempo estar bien después de esta experiencia. Mi dolor y tristeza no se compara en nada con el de sus padres, y lo único que hacemos es acompañarlos y entretenerlos para tratar de que estos días no sean tan intolerables. El problema es que también compartimos los momentos horribles en que la realidad se hace presente y a veces es difícil, sino imposible, encontrar palabras apropiadas.
Solo estamos más callados y simplemente nos sentamos juntos.

domingo, julio 15, 2007