Ya se acercan las fechas navideñas, los compromisos, las posadas, las comidas, las juntas de cierrre de año, las juntas de inicio de año.
Para mi representa viajes, planeación, nana para Camila, reservaciones, maletas, empacar.... Estar fuera cuatro de los fines de semana que nos quedan para que termine el año. Comienzo a sentirme como un verdadero grinch.
La próxima semana iré a Rockport para pasar Thanksgiving, me emociona y al mismo tiempo me da una flojera inmensa el tener que convivir con otras personas por 3 días... esto de vivir sola debe de estar afectándome, o estoy en la etapa en la que no quiero tener que convivir con otras personas, encontrando pretextos para no estar contenta con mi relación, siendo que no los hay. Estoy emocionada por la plática del anillo, por la plática de la casa, de los muebles, del cuarto para Camila, pero al mismo tiempo comienzo a darme cuenta que ya no es un juego y que es en realidad un cambio de vida. Cambio para el que estoy lista, sin saber en realidad a qué me estoy metiendo, y además, un cambio que genera ansiedad, angustia y miedo. Estoy enojada por todo, emocionada, todo el tiempo pensando, cansada... lo sencillo sería sentarme y disfrutar de lo que estoy viviendo. Debería simplemente disfrutarlo y dejar que las cosas sucedan. Ya me estoy relajando, sin embargo, todavía no siento esa tranquilidad que me gustaría.
Es también esa una razón para no escribir, cómo ordenar las ideas y cómo escribir que estás enojada por todas las cosas buenas, o que estás enojada porque ya viene navidad y porque pobrecita tienes que hacer 4 viajes de placer... cualquiera que me escuchara podría pensar que soy una niña mimada, o idiota quien se atreva a ser directo...