Cómo cambia todo. Hoy pude liquidar unas deudas que tenía y no saben qué peso se me quitó de encima. Yo sabía que algo me molestaba, le eché la culpa a las hormonas, a que mi novio está de viaje, a que el trabajo, a que no salen las cosas... y por arte de magia, cuando solucioné esa situación, todo se relajó. El mundo cambió de color.
¡Qué importante es no hacernos el harakiri solos! En serio, cuando estoy gastando dinero me siento feliz, se me olvidan mis problemas... soy super niña con mi tarjeta, después viene el remordimiento, pero siempre digo, no, ahora si no me voy a pasar, esta vez si chequé. Voy a tener incluso salda a favor, y mocos!, de repente, no sé ni como y ya sobrepasé mi límite...
No es la primera vez que me pasa y siempre prometo que no volverá a suceder. Pero hoy, el cambio en mi estado de ánimo y la relajación que siento es genial. Se me quitó un gran peso de encima, y la verdad es que no me sentía así desde hacía mucho tiempo.
Finalmente me siento bien, qué bueno que ya salí, ahora es continuar así.
Igual y suena tonto, pero cuando tienes el hábito de cubrir tus ansiedades y solucionar tus problemas con una tarjeta de crédito, este ciclo se vuelve difícil de romper. Requiere mucha fuerza de voluntad e inteligencia para no generar tal grado de estrés para poder pagar.

Saludos.