miércoles, marzo 15, 2006

He envejecido 10 años y he rejuvenecido 15, el proceso ha sido largo y doloroso, en momentos perdí la vista, en otros perdí el paso y en otros perdí el equilibrio.
Este camino elegido es bueno, un desgaste absoluto, fatiga, insomnio y ausentismo existencial.
A mi alrededor había muchas cosas volando, muy fácil de arreglar o acomodar si tan solo extendiera la mano para hacerlo y ponerlo en su lugar, muy difícil sin embargo decifrar la manera de extender la mano y hacerlo. Poco a poco fui viendo y aprendiendo. Ahora estiro la mano y acomodo. He tirado cosas, he llorado, he reído y me he angustiado. He pensado y me he ausentado. He amado y he sonreido. He discutido, peleado, exasperado y llorado. ¿He vuelto?
Tal vez, tal vez pueda y tal vez quiera. Cambios y penamientos se arremolinan en mi interior.
Tantas cosas por hacer y nada hecho, sin avance, sin término. Ansiedad por terminar sin disfrutar y ansiedad que inmoviliza y que no permite avanzar. Lo mejor es darme cuenta que estoy bien, que nada pasa, que todo es normal.

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